El pasado jueves 25 de octubre estudiantes, docentes, nodocentes y egresadas/os se dieron cita nuevamente en la facu para analizar y reflexionar sobre la crisis de la educación superior que ocurre en nuestro país actualmente.
La propuesta del 3° encuentro de la Cátedra Libre «Las Ciencias Sociales y la defensa de la Universidad Pública» fue «Medios, política y educación pública: hegemonía y resistencia» coordinado por Verónica Plaza, Diego Moreira y Mariana Palmero, docentes del CEA/FCS, quienes expusieron un proyecto de investigación realizado bajo el eje la configuración discursiva dada en los medios de comunicación hegemónicos en torno a la educación en Argentina entre 2016-2018. Y poder dilucidar cómo se estaba construyendo mediática y públicamente a la Educación y cómo se posicionaron los medios antes del conflicto de este año.
El estallido del conflicto de la educación superior (la demanda salarial de docentes, las marchas en defensa de la educación pública, las asambleas interclaustros, las tomas de facultades, etc.) clarificó una idea de educación que ya se venía instalando a través del tiempo y se venía nombrando como la problemática de la educación desde un modelo de educación privatista.
La modalidad de trabajo fue de taller en grupos analizando recortes de diarios nacionales teniendo en cuenta ¿qué actores aparecen? ¿Quiénes hablan y quiénes son nombrados? ¿Qué se dicen? ¿Hay adjetivos? ¿Qué ideas sobre educación se presentan? ¿Podemos conocer la opinión del autor?
Dentro del corpus analizado, una pregunta funcionó como interpelación “¿Es real el acceso que brinda una escuela pública frente a una escuela privada de mucha exigencia? ¿Las oportunidades son reales?”. Esto permitió debatir sobre las concepciones que circulan en los medios de la educación como gasto, igualdad vs. Inequidad, gratuidad indiscriminada y, puntualmente, sobre las tensiones entre lo individual (el esfuerzo individual, los casos de excepcionalidad, la meritocracia) y lo colectivo (redes de contención, políticas públicas) para discutir el acceso a la educación.
En cuanto a las marchas en defensa de la educación pública, los medios de comunicación caracterizaban a los actores (docentes, estudiantes, nodocentes) focalizando en los disturbios, “sobrevivir” a los cortes, la obstaculización, problemas con el tránsito; sin mencionar los derechos por los cuales se reclamaba, que eran trabajadores/as y los motivos del reclamo. Como así también algunos discursos quitaban valor a la educación universitaria bajo una relación directa entre desempleo y título universitario sin referencia a las condiciones estructurales.
Según la investigación realizada sobre 2016-2018 en Argentina, las ideas construidas mediáticamente tienen que ver con la meritocracia, la discontinuidad de programas socioeducativos por desfinanciamiento (CAJ, CAI, Bibliotecas escolares, Orquestas escolares, ESI, Conectar Igualdad como ejemplos), el reclamo de paritarias docentes y la implementación de políticas de evaluación a la calidad educativa diferentes (a docentes y a estudiantes).
Los actores que aparecen se dividen entre un colectivo de actores “buenos”: aquellos que superan su propio destino con esfuerzo individual; y un colectivo de actores “malos” (docentes y estudiantes que “obstaculizan” los derechos de otros/as). Asimismo son las empresas privadas los que toman la palabra para analizar los temas educativos.
Finalmente, se puso en evidencia dos matrices opuestas en torno a la configuración discursiva: Por un lado, una matriz privatista desde los medios hegemónicos, donde la educación es ponderada como gasto y que no sólo refiere a su arancelamiento sino que también disputa que sean las empresas quienes definan la agenda y la curricula de la educación pública, ONG´s en las escuelas secundarias, etc. Y por el otro, una matriz de derecho que considera la educación como derecho y por ende debe ser pública y gratuita.
Esta última mirada visibilizada por “micro resistencias” desde organizaciones gremiales, formadores, emergencias, discusiones académicas, blogs y redes sociales. En tal sentido, las redes sociales, hoy por hoy, se construyen como un espacio para hacer circular, potenciar, resaltar algunas cuestiones que los medios masivos no visibilizan puesto que se posicionan como actores principales que disputan por dónde debe ir la política educativa.