#FCSenDefensadelaUniversidadPública
«Lucha» y «organización» son dos de las consignas que tanto organizaciones como movimientos sociales, trabajadores/as, estudiantes y otros actores sociales han utilizado para hacer valer sus derechos. El actual contexto de crisis y ajuste hace que estos diversos espacios tengan que retomar nuevamente esas dos consignas de base para la reinvindicación de sus derechos. Esa fue una de las tantas conclusiones a las que se pudo llegar, tras llevarse a cabo el 5° Encuentro de la Cátedra Libre «Las Ciencias Sociales y la defensa de la Universidad Pública» en el que se abordó como tema «El ajuste en políticas públicas y las dinámicas de organización y movilización colectiva para enfrentarlo».
La clase estuvo a cargo de los/as docentes responsables Leticia Echavarri, Daniela Ponce de León y Lucía Ramírez, y contó con la participación de representantes del Centro de Estudiantes de la FCS, de egresados/as, referentes/as ADIUC, trabajadoras de la Secretaría de lucha contra la violencia hacia la mujer y trata de personas de la provincia de Córdoba, y delegados/as gremiales docentes y nodocentes de la FCS.
Ajuste de derechos
En una primera instancia, la docente Leticia Echavarri hizo un repaso sobre cuáles fueron las estrategias históricas de persecución que implementó el Estado ante la presencia de grupos anarquistas que luchaban por defender sus derechos sociales. Eso tuvo que ver con la criminalización de la protesta social que se está poniendo en discusión en la agenda pública actual, para desprestigiar a la lucha social. Lo que esta vez se pone en juego, remarcó la docente, no es sólo un ajuste económico, sino un «ajuste de derechos». Desde las áreas de seguridad del Estado, se proponen erradicar a los movimientos anarquistas que rompen con la paz social, bajo discursos que giran en torno a «ser un país normal». «Al enunciar que existe un plano anormal, se añade que es necesario un «cambio», y esa creencia viene solapada en varios casos, como sucede en Latinoamérica, por referentes conservadores», sintetizó la docente.
En ese marco de pérdidas de derechos, aparecen organizaciones que intentan retener lo conseguido y fomentar lo proyectado. La lucha de las mujeres, las marchas de movimientos sociales piqueteros, los cortes o tomas de establecimientos públicos, son algunas de las formas de reclamo que buscan romper con las fuerzas represivas del Estado. Como contratacara, el poder gubernamental resignifica otros modelos de sociedad apoyándose en la iglesia (movimiento evangelista), la campaña provida, la «mano dura», entre otros.
En los últimos sucesos de protesta, durante el tratamiento en Diputados sobre el recorte a jubilaciones o la aprobación del presupuesto 2019, se puso de relieve la «presencia de grupos anarquistas rompiendo con la paz social», accionando el desprestigio y las penas civiles a trabajadores/as o ciudadanos/as extranjeros/as en el país. «El racismo nuevamente toma presencia en el imaginario social, no sólo con los/as inmigrantes, sino también con atacar a quienes reciben «asistencia social», planes sociales o subsidios por discapacidad», dijo Echavarri.
La toma y los/as estudiantes
Otra de las formas de organización que se han visualizado hace poco tiempo, tienen que ver con la toma de facultades y otras metodologías de luchas, todas ellas puestas en marcha por el movimiento estudiantil. Lucía Ramírez, presidenta del Centro de Estudiantes de la FCS, comentó que ante lo sucedido durante la toma es «bueno plantearse cuál fue el rol como actores políticos de la Facultad «. En ese sentido, destacó la presencia asamblearia de todos los claustros para la defensa de la educación pública. Ante la decisión del tomar la Facultad, Ramírez expresó que el espacio estudiantil realizó una autocrítica por sostener «lógicas cerradas» que no fomentaron la participación.
Por su parte, rescató la puesta en común de ejercicios de debates y señaló la importancia de trazar intereses comunes como los que pone en jaque la lucha de lo público. A su vez, sostener una consigna en común como lo es «la defensa de la universidad pública» hizo que fuese más homogénea, por momentos, la resistencia colectiva de todos los claustros.
Opinión estudiantil
Apenas asumió el nuevo decanato, las autoridades pusieron a circular una encuesta dirigida exclusivamente a los/as estudiantes de la FCS, con el fin de obtener opiniones, miradas y perspectivas acerca de lo institucional y lo coyuntural. Uno de los integrantes de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de la FCS, Camilo Serra Di Lollo, dio a conocer algunas de las conclusiones a las cuales se pudo arribar luego de la consulta digital. Serra valoró la gran participación del estudiantado, que alcanzó 241 respuestas, aunque destacó que el contexto de paro docente y la suspensión de clases hizo más compleja la puesta en marcha de la herramienta metodológica.
El cuestionario contó con cuatro ejes: a) conocimiento de la Resolución 177 decidida por Consejo Directivo a fines del mes de julio, donde la Facultad se declaró en estado de alerta y decidió llevar adelante y acompañar diversas acciones en defensa de la Universidad pública; b) acciones que implementaron los/as estudiantes; c) opiniones sobre la Resolución 199 que aprobó el Consejo Directivo de la Facultad sobre la Readecuación Académica para el segundo semestre, un día después del retorno de las actividades y d) repercusiones del conflicto y las posibles estrategias que se pueden implementar desde la Facultad para garantizar la permanencia en el cursado y el buen desarrollo del proceso pedagógico de enseñanza/aprendizaje.
Sobre el primer eje, más de la mitad no conocía de la existencia de la Resolución 177. De todas maneras, se expresó en las respuestas un apoyo mayoritario a las definiciones tomadas por el Consejo como son: incorporar contenidos sobre la educación superior en todas las materias, producir y socializar información sobre las universidades públicas, conformar un comité interclaustros para coordinar acciones y coordinar acciones con otras Facultades.
Respecto al segundo eje, los/as estudiantes llevaron adelante múltiples y diversas acciones de protesta, como claustro en particular, pero también en coordinación con otros claustros y otros/as actores sociales. El 95% de los/as encuestados/as estuvo al tanto de las acciones llevadas a cabo por los/as estudiantes, mientras que el 73% sí participó, acompañó y/o compartió las iniciativas propuestas.
En lo que refiere al tercer eje, el 82% de los/as encuentados/as sí conocía de la existencia de la Resolución 199. A su vez, se expresó en las respuestas un apoyo mayoritario a las definiciones tomadas por el Consejo: sostener las condiciones de estudiantes establecidas en el Régimen de Enseñanza, implementar una sola instancia evaluativa integradora y garantizar una instancia recuperatoria, readecuación de los programas para el segundo cuatrimestre, modificar fechas de exámenes de septiembre para octubre y garantizar horarios de consulta en la semana de exámenes.
Por último, sobre las repercusiones y estrategias, las respuestas dieron como resultado tres tipos de efectos. Por un lado, efectos positivos: mayor concientización y politización, fortalecimiento del sentido de pertenencia a la FCS y a la universidad pública, solidaridad interclaustro. La lucha de los/as docentes es considerada un ejemplo a seguir, y el saldo organizativo en el claustro de estudiantes es un efecto positivo especialmente resaltado. En relación a los efectos negativos, se considera el alejamiento y vaciamiento de las aulas, las divisiones entre los/as estudiantes con algunas situaciones de violencia; e incluso se fortaleció el individualismo y la indiferencia. En torno a los efectos académicos se señaló la interrupción del proceso de aprendizaje y la pérdida de contenidos en desmedro de la formación profesional. Los efectos más graves detectados son, en algunos casos, el abandono de las carreras y el impacto sobre los/as estudiantes trabajadores/as.
Finalmente, desde la SAE manifestaron: «reconocemos que hay un gran activismo en el claustro estudiantil, por lo cual esperábamos una cantidad de respuestas no menor a 200. En ese sentido, creemos haber alcanzado satisfactoriamente el objetivo de conocer las opiniones de los/as estudiantes».
La visibilización de los/as egresados/as
En el caso de los/as egresados/as, una de sus representante planteó que durante el actual gobierno de «Cambiemos» se generaron retrocesos de derechos y políticas sociales. Si bien el claustro cuenta con ciertas complejidades en sus modos de organizarse, las decisiones sobre el achicamiento de recursos como la precarización laboral, obligaron de algún modo a complementar formas de discución y acciones en defensa de los derechos laborales. Algunas de las acciones que implementaron los/as egresados/as estan relacionadas con obtener un mayor protagonismo y presencia de lucha. «No es fácil visibilizarnos en el interior de la UNC», señaló Carmen González, una de las referentes del sector. «Apoyarse en los colegios de profesionales, generar articulaciones con los gremios y la realización del primer encuentro de egresados/as fueron algunas de las estrategias para alcanzar esa visibilización», resumió.
Violencia Familiar
Otra de las experiencias de organización y lucha, fue la que expusieron en el encuentro las trabajadoras pertenecientes a la Secretaría de lucha contra la violencia hacia la mujer y trata de personas, que depende del gobierno de la Provincia de Córdoba. A esa secretaría se suma el Polo integral de la mujer y el Área de asistencia a mujeres, niños/as y adolescentes. Para las trabajadoras, organizarse les permitió plantear reclamos concretos sobre la precarización laboral de esas áreas. Tras reuniones y pedidos formales a las autoridades de la provincia, lograron mejorar la situación de los/as becarios/as y monotributistas mediante el pase a planta permanente. Gran parte de ese logro lo atribuyen a las acciones de visibilización.
El seguimiento psicológico de las trabajadoras fue otro de los objetivos conseguidos. Una de las referentes del área dijo que la continua recepción de casos de violencia hace que la salud mental de las compañeras se vea afectada, por ese motivo, las mujeres decidieron afiliarse a la Asociación Trabajadores del Estado y de ese modo pudieron incorporar el acompañamiento psicológico, como así también establecer un plan de lucha basado en «igual remuneración, igual tarea».
La organización docente y nodocente
La defensa de la universidad pública fue la consigna transversal para la lucha conjunta entre docentes y nodocentes de la FCS. Emiliano Guilhe, delegado nodocente de Sociales, dijo que los hechos que atacaron a la universidad pública generó una defensa por diferentes frentes, como lo fueron las asambleas, cortes de calles, marchas y clases públicas. Para el representante de los/as trabajadores/as, esas acciones permitieron mejorar los canales de comunicación entre los/as compañeros/as y facilitó un cruce positivo de intereses para comprender que no sólo se trataba de un conflicto docente.
«Como clasutro empezamos a involucrarnos mediante acciones concretas: implementamos una instancia de Conversatorio con diferentes referentes (Pablo Carro, Mario Oyola y Silvina Cuella), se realizaron volanteadas en el gremio, se llevaron a cabo manifestaciones en pleno centro de la ciudad, entre otras actividades», apuntó el delegado. De acuerdo a los/as nodocentes, era necesario organizarse para porder romper con la invisibilización del sector. «Siempre están en escena los/as estudiantes y los/as docentes», dijo Guilhe.
Luego de la toma, los/as nodocentes sostuvieron una seguidilla de asambleas para garantizar el correcto retorno a las áreas de trabajo, también para sostener la articulación mediante acciones con los otros claustros y para la visibilización del conflicto. El delegado sintetizó que el desafío consiste «en hacer visible las demandas del claustro, concientizar a compañeros/as y mostrar que la lucha es más que un reclamo salarial, que se trata de articular con otras sedes de la Facultad y con los otros claustros».
En relación a los docentes, la delegada de Adiuc Valeria Brusco, apuntó que la defensa de la universidad pública hizo que «debiéramos pensarnos como un nosotros/as». Para eso, siguió la delegada, era fundamental «combatir la idea del «yo», que es una identidad que vuelve permeable lo colectivo. Lo individual por sobre los colectivo». Las formas de organización docente ante el contexto de ajuste hizo que se intente recuperar la organización sindical. «A medida que creció el conflicto, visibilizamos la lucha como trabajadores/as en general, permitiendo el ingreso de varias voces, aunque también contábamos con otras demandas crecientes y radicalizadas por dentro de la organización», explicó Brusco. Para los/as docentes, el desafío fue buscar las estrategias para tratar de atender a esas demandas, a través del consenso, sin perder las lógicas de la organización. Según Brusco, este contexto hace que todas las acciones forman parte de los aprendizajes para saber cómo fortalecer el sector. «El «abrazo a la UNC» permitió precisamente abrir un nuevo escenario de lucha ya que convocó a nuevos actores políticos en la lucha», describió la delegada. Es así que para el gremio fue claro que el conflicto no podía ser sólo docente, sino que el contacto con los/as trabajadores/as hizo que se piense que «ya nose trata de «otros», sino de «nosotros/as»».